Amarte a ti mismo es el comienzo

POR CHARLY BEAUTELL

«El amor beneficia más al que ama que al que es amado», cita del sacerdote Anthony De Mello. Qué gran verdad hay en esas palabras.

La gran mayoría de las personas confunden el amor propio o la autoestima con el egoísmo, pero son cosas completamente diferentes. Más adelante hablaré con detalle sobre el egoísmo.

Es extremadamente raro escuchar a una persona que te diga: «yo me amo a mi mismo». Un alto porcentaje de gente pensará que esa persona es engreída, chula, creída, prepotente, etc.

¿Qué nos hace pensar esto de una persona que se ama así misma? ¿Qué hay de malo en hacerlo? ¿Por qué nos molesta tanto? Se llama la ley del espejo. Eso que te molesta del otro es lo que tú no tienes y te gustaría tener.

En este artículo quiero analizar un poco más en detalle que es amarse a sí mismo, y porqué es imprescindible hacerlo para vivir una vida plena y llena de felicidad.

Que es amarse a sí mismo

Amarte a ti mismo es mirar cómo eres por dentro y por fuera, y aceptarlo y amarlo tal y como es. Es la manera más simple de explicarlo.

Amarse a uno mismo es lo mismo que tener una alta autoestima. Son sinónimos. Es ser capaz de ver la grandeza que hay dentro de ti y tener el valor de mostrarla al mundo sin miedo.

Cuando te amas a ti mismo no tienes miedo al juicio, al que dirán o a hacer el ridículo, porque sabes que lo que eres y lo que muestras al mundo es maravilloso. Con todo lo bueno y con todo lo «malo».

Amarte a ti mismo es amar tus dones y amar tus sombras. Ser consciente de que estás en continuo crecimiento y que siempre puedes mejorar aceptando y agradeciendo lo que tienes en cada momento.

Porque también es muy fácil caer en la trampa del ego y decir: «Es que yo soy así y punto. O lo aceptas o hasta luego». Eso no es amarse a uno mismo, eso es poner una capa de protección más para no ser vulnerable.

Una persona que se ama a sí misma es consciente que no lo sabe todo y que está en continuo aprendizaje y crecimiento, aceptando sus equivocaciones y haciendo siempre lo mejor que sabe en cada momento sin hacer daño a los demás.

Ser egoísta no es amarse a uno mismo

Como he comentado al principio de este artículo, muchas personas confunden ser egoísta con amarse a sí mismo, y no tienen nada que ver.

Una persona que es egoísta es una persona que sólo busca su propio beneficio y su propio bienestar, sin importarle lo que les ocurra a los demás. Su motivación nace de lo contrario al amor: el miedo.

Una persona egoísta actúa egoístamente por miedo a la falta, por sus inseguridades, por miedo a que le quiten algo, por miedo a no ser suficiente, por miedo a no ser aceptado y un largo etc.

Actúa reaccionando a sus propias sombras y está sólo al servicio de sí mismo y sus intereses propios y egoístas.

Una persona que actúa así no se ama a sí misma, simplemente tiene miedo, y por eso quiere quedar por encima de los demás y llevarse todo para sí misma. El miedo es incompatible con el amor. De hecho el miedo es lo contrario al amor. No el odio.

En cambio, una persona que tiene una alta autoestima, ha aceptado y trascendido todas sus sombras y sus miedos, ama lo que ve dentro de sí misma, y actúa desde su esencia y desde el amor que siente por sí misma y por los demás.

Una persona que se ama a sí misma sólo desea el bien para los demás, desea y ayuda a que los demás encuentren su don y tengan una vida abundante y feliz.

Las personas que se aman a sí mismas están al servicio de la vida y de los demás. Saben que la abundancia es el resultado de lo que dan a los demás, no de lo que reciben.

Como aprender a amarte a ti mismo

Para poder amarte a ti mismo y tener una alta autoestima es imprescindible hacer dos cosas. Según mi experiencia, si no das estos dos pasos, es difícil superar traumas y creencias que te impiden amarte a ti mismo.

Conectar con tu dolor

Primero debes reconectar con todas las experiencias que has vivido y que han ido formando tus propias creencias sobre ti y sobre quién eres.

Todos pasamos por momentos dolorosos en la vida, y nuestro cerebro y nuestro ego automáticamente crean mecanismos de protección para evitar volver a pasar por momentos así. Ocurre de manera automática e inconsciente.

La única manera de hacerte consciente de estos mecanismos y capas de protección es conectando con el dolor sufrido, aceptándolo como parte de un aprendizaje, y trascendiéndolo para que no siga impidiendo que te ames tal y como eres.

A día de hoy, tú eres el resultado lo que has vivido y como has interpretado lo que has vivido hasta hoy. Con todo lo bueno y con todo lo «malo».

Una vez te aceptas tal y como eres, aceptas que lo que has vivido hasta ahora ha sido un aprendizaje y ha sido perfecto tal y como es.

Sólo entonces puedes realmente abrirte a los demás y permitirte ser vulnerable, permitirte amarte y amar a los demás sin miedo a que te hagan daño. Porque el daño ya no te lo hacen a ti, se lo hacen a ellos mismos.

Es un proceso que puede ser muy intenso y doloroso, dependiendo de tus experiencias de vida, pero es el comienzo para poder amarte a ti mismo de verdad.

Enfrentarte al vacío existencial

Lo segundo que debes hacer es enfrentarte a tu vacío existencial. Todas las personas se hacen estas preguntas en algún momento de su vida: ¿Cuál es el sentido de la vida? o ¿Por qué estoy aquí?.

Son preguntas profundas que todos los seres humanos se plantean gracias a la consciencia que hemos desarrollado a lo largo de miles de años.

Hay también dos formas de responder a esas preguntas.

Algunas personas deciden profundizar más y buscar cual es el sentido de la vida a través del autoconocimiento.

Y otras personas a las que les aterra pensar en tener que mirar hacia adentro, y prefieren mirar hacia afuera refugiándose en el entretenimiento externo, los móviles, redes sociales, TV, noticias, hablar de los demás, ocuparse con trivialidades, etc.

Pero lo cierto es que ese vacío existencial te va a perseguir siempre incluso aunque decidas no mirar adentro. El ser humano necesita sentir que su vida tiene sentido para realmente ser feliz y sentirse realizado. El sentido a tu vida se lo da la contribución que das al mundo.

Si decides adentrarte en el camino del autoconocimiento, comenzarás a crecer y a superar todos los obstáculos que te impiden ser quien eres en esencia, y acabarás descubriendo cuál es tu don natural y la razón por la cual estás en este mundo.

Encontrarás una paz espiritual y emocional que te permitirán empoderarte como persona, tomarás decisiones conscientes escuchando tu intuición, y vivirás una vida llena de propósito y realización personal.

Si por el contrario decides no mirar hacia adentro y distraerte con los estímulos externos, vivirás tu vida reaccionando a tus emociones, e intentando ser feliz a base de llenar tu vida con cosas materiales, dinero o experiencias placenteras fugaces como las compras innecesarias, el sexo, la comida, la bebida o los viajes.

Vivirás una vida sin propósito llena de cosas que solo te aportarán momentos de felicidad efímeros, pero no tendrás esa sensación de realización y satisfacción personal que son la clave de una vida plena y realmente feliz.

Tu felicidad dependerá de los estímulos que te vienen de fuera, cuando la verdadera paz emocional y espiritual solo puede salir de dentro de ti. Esto es tan verdad como que una piedra se hunde si la tiras al mar.

Aceptar las sombras para quererse a uno mismo

Quererse a uno mismo no significa que vivas en los mundos de yupi una vida completamente feliz sin problemas, y exenta de dolor o sufrimiento. Es precisamente lo contrario.

La única manera de quererte ti mismo es aceptando tus sombras. Aceptando tu «mierda emocional», tus fracasos, y aceptando que todo aquello que te ha causado dolor a ti y que ha causado dolor a otros también es parte de ti.

Cuando aceptas tus imperfecciones y aceptas que te has equivocado y que te vas a volver a equivocar, algo se transforma dentro de ti. Pero solo pasará si miras hacia adentro y te enfrentas a ello.

Perdonarte a ti mismo y perdonar a los demás por cualquier dolor causado es el gran paso para comenzar a amarte a ti mismo.

Es en ese momento cuando te das cuenta que no tienes nada que demostrar, nada que conseguir, y solamente estás en este mundo para aprender a amarte a ti mismo y así poder amar también a los demás.

Si no te amas a ti mismo jamás podrás amar a los demás. Recuerda, no puedes dar lo que no tienes.

Ten el valor de mirar adentro, aceptar lo que ves, amar lo que ves, perdonarlo todo, y abrazar sin miedo tu don y la razón por la que estás aquí.

 

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