La vida que sueñas está al otro lado del miedo

POR CHARLY BEAUTELL

El miedo es posiblemente la emoción más primitiva y antigua que experimenta el ser humano. Gracias a esta emoción hemos sido capaces de evolucionar desde hace cientos de miles de años a lo que somos hoy en día los seres humanos.

El miedo adaptativo es una emoción que surge en nuestro cerebro cuando sentimos que hay un peligro inminente y nuestra vida puede estar en peligro. El cerebro activa ciertas sustancias que nos hacen estar más atentos y movernos más rápidamente para poder escapar a ese peligro. Es automático e incontrolable.

Hace cientos de años el miedo nos permitía sobrevivir si un león nos atacaba en la sabana, o cuando otra tribu intentaba conquistarnos. El miedo cumplía una función primordial para seguir con vida.

Lo cierto es que hoy en día, en el mundo occidental al menos, no vivimos situaciones de peligro de muerte en el día a día, más allá de intentar cruzar una calle de mucho tráfico en una gran ciudad. Este miedo adaptativo para mantenernos con vida ya lo usamos muy poco en realidad.

El miedo aprendido o heredado en el pasado

A día de hoy, el miedo que el ser humano experimenta en su día a día es un miedo que ha aprendido o heredado en el pasado, bien a través de los padres, el colegio, lo amigos, experiencias traumáticas y un largo etcétera.

Desde que naces, comienzas un proceso de adoctrinamiento que va moldeando tus creencias sobre lo que está bien o mal, lo que te gusta o no te gusta, y muchas cosas más.

El problema es que la gran mayoría de esas creencias te las transmiten tus padres a través de sus propios miedos e inseguridades. Obviamente lo hacen con todo su amor y hacen lo mejor que saben en ese momento de su vida.

Y sin querer, y sin tú decidirlo por ti mismo, vas conformando tus propias creencias en los primeros años de vida, en base a lo que ves y escuchas. Estos son además los años más importantes de tu vida.

Después llega el colegio y la universidad, que a día de hoy utilizan aún un sistema de educación arcaico de los años 70, enfocado a educar individuos para que sean «normales», iguales y sumisos.

Te preparan para que trabajes como mínimo 40 horas a la semana durante 35 años en un mismo trabajo que en el 90% de los casos no te gusta, ganar un sueldo más o menos bueno, casarte, formar una familia , gastar ese sueldo en las mismas empresas para las que trabajas, y jubilarte «felizmente» antes de morir.

Por supuesto, hay que añadir las experiencias traumáticas que vives durante toda tu vida, que generan «miedos irreales» de protección en tu mente para evitar volver a sentir el dolor, la ansiedad, la angustia o el sufrimiento que has vivido en alguna de esas experiencias.

Traspasar el miedo de tu mente

Ya seas un empresario, emprendedor o una persona que trabaja en relación de dependencia, seguramente has experimentado este tipo de miedo ficticio alguna vez en tu vida. O quizás lo estés viviendo en la actualidad y no sabes que hacer para traspasarlo.

Utilizo la expresión «miedos irreales» entre comillas porque en tu mente tu los sientes como una realidad que te afecta, pero lo cierto es que no son miedos tangibles como cuando un león te ataca que realmente te puede matar.

Son miedos producto de tu imaginación y de tu ego que quiere protegerte de situaciones desagradables. No hay un peligro de muerte inminente o similar.

Todos estos miedos son miedos del pasado, y si los estás viviendo en el presente, lo único cierto es que estás viviendo en el pasado. Estás dejando que miedos antiguos rijan la vida que vives en este momento.

La única manera de traspasar este tipo de miedo es viviéndolo para poder atravesarlo y romperlo. Sólo así te darás cuenta que es un miedo fruto de tu imaginación y de tu ego.

Lo cierto es que no hay un peligro real más allá de fracasar en algo que quieras hacer. No vas a morirte por traspasar y enfrentarte a ese miedo.

La vida que sueñas está al otro lado del miedo

Imagínate que estás delante de una pared. Es una pared de cemento o de bloques, y esta pared es tu miedo. Es tu propio miedo y «su pared» lo que te impide ver que hay al otro lado del miedo.

Estás tan apegado a tu sensación de seguridad de lo que conoces, de tu pasado, de tus creencias adquiridas, de tu vida «cómoda» en tu zona de confort, que prefieres mirar atrás, mirar al pasado.

Es más fácil quedarse ahí que atravesar esa pared y ese miedo. Que necesidad hay de pasarlo mal, sentir incertidumbre o inestabilidad saliendo de esa zona tan cómoda… ¿Verdad?

Lo cierto es que para poder ver que hay al otro lado de esa pared, tienes que atravesarla. No hay otra manera de hacerlo. Nunca podrás ver lo que hay detrás si no vas al otro lado de ese miedo.

La vida que sueñas está al otro lado del miedo, al otro lado de la pared

Pero lo peor de todo es que esa pared que te impide ver no es real, no es física, es producto de tu mente, y para atravesarla solo tienes que ir hacia ella y traspasarla.

Como en una película de ciencia ficción cuando los superhéroes atraviesan paredes sin más. Imagínate que primero atraviesan tu manos y detrás va todo tu cuerpo. Es una acción muy simple. Visualiza cómo lo haces.

Sólo viviendo el miedo y enfrentándote a la incertidumbre de lo que puede haber detrás de la pared podrás ver lo que realmente puede llegar a ser tu vida y ver lo que hay detrás de esa pared: La vida que sueñas y que solo tú puedes crear.

La vida detrás de la pared está alineada con tu verdadero don, con tu esencia, con la razón por la que estás en este mundo. Solo así podrás hacer tu contribución al mundo desde tu autenticidad innata.

Si tienes miedo a volar, la única manera de superarlo es volando. Si tienes miedo a hablar en público, la única manera de superarlo es hablando en público. Es así de simple.

Mi experiencia con el miedo imaginario

La metáfora de la pared me ayudó mucho a superar mis miedos imaginarios y adquiridos. Tardé muchos años en ser capaz de hacerlo, casi 50. Te aseguro que nunca es tarde para atravesar esa pared. Es liberador y maravilloso.

Para mi escribir este artículo, hacer un video en youtube, o dar una charla en público, son algunas de las cosas que hago para traspasar esa pared. Son la forma en la que me enfrento a mis miedos más profundos y limitantes.

Mi miedo a no ser aceptado y que me quieran, mi miedo a no ser suficiente, mi miedo al fracaso, mi miedo a expresar mis sentimientos y quien soy de verdad, mi miedo a la falta, mi miedo al juicio de los demás y mi miedo a hacer el ridículo.

Pero lo único que es verdaderamente ridículo es vivir toda tu vida con miedo, llegar a los 75 años, mirar hacia atrás, y arrepentirte de la vida que has decidido tener por miedo a ser tú, diseñar tu propia vida y vivir tu porqué.

Porque eres tú quien decide la vida que quieres tener. La vida no te pasa a ti, tú decides la vida que quieres tener y vivir.

A mí personalmente me importa muy poco lo que pienses de mi, de este artículo, de aquel video que hice aquel día, de si mi cara es bonita o si mi pelo está bien colocado.

No hago nada de esto para gustarte y obtener tu aprobación, o para hacerme famoso o hacerme rico. Todo lo que hago, lo hago desde el corazón, desde mi porqué, con la esperanza de que pueda inspirarte a dejar tus miedos atrás y traspasar la pared.

Mi porqué en este mundo es inspirar a los demás a entrar en acción, de manera que puedan dejar su auténtica huella en este mundo. Por eso escribo esto y para eso estoy aquí.

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