Cómo Dejar de Mentirse a Uno Mismo Con Los Hábitos

POR CHARLY BEAUTELL

Mentirse a uno mismo es una de las prácticas más comunes que realizamos cuando intentamos cambiar hábitos. Permíteme que te cuente una historia.

En 1940, los químicos Sam Ruben y Martin Kamen, trabajaban en su laboratorio haciendo experimentos con grafito para entender mejor cómo funcionaba la fotosíntesis.

De manera casual y sin esperarlo, descubrieron algo que cambiaría la forma de investigar el pasado de la humanidad: descubrieron un isotopo radiactivo sintético llamado carbono-14.

Fue en 1948, cuando el físico Willard Libby, utilizó por primera vez el carbono-14 como herramienta para medir el tiempo hacia atrás con una exactitud asombrosa, independiente y científica.

Lo hizo contando los átomos de carbono en un resto de madera de una tumba faraónica que los arqueólogos estimaban que tenía 4.650 años. Libby descubrió que el resto de esa madera tenía exactamente 3.979 años de antigüedad, casi 700 años menos en realidad.

Hoy en día, 80 años después que Ruben y Kamen lo descubrieran, todos los restos de yacimientos arqueológicos se datan utilizando la prueba del carbono-14. Esta prueba nos da una fecha bastante exacta de la verdadera época de cualquier resto antiguo de una manera científica y objetiva.

Libby ganó el premio nobel de química en 1960 gracias a conseguir implementar el uso del carbono-14 para medir el tiempo pasado. (luego vuelvo a esto)

Las mentiras que nos decimos a nosotros mismos

Los seres humanos nos mentimos a nosotros mismos continuamente. Nuestra mente, nuestro ego, nuestras emociones y como interactúan todos ellos entre sí, nos llevan en muchos casos a auto engañarnos para sentirnos mejor con nosotros mismos de manera inconsciente.

Por ejemplo:

• Queremos dejar de fumar, y nos decimos a nosotros mismos que estamos fumando menos, pero no tenemos un sistema de medición implementado para medir que estamos fumando un cigarrillo menos cada día que pasa.
• Decimos que queremos bajar de peso, y nos decimos a nosotros mismos que estamos comiendo menos, pero no hemos cambiado en absoluto nuestros hábitos de comida diarios.
• Afirmamos que queremos leer más y ver menos televisión, y nos decimos a nosotros mismos que lo estamos haciéndolo, pero casi todas las noches preferimos la televisión al libro, y quizás leemos una vez a la semana.

Yo llevo toda mi vida diciéndome a mí mismo estas pequeñas y suaves mentiras basadas en mis emociones y sentimientos: «Siento que estoy mejorando…» «Con el tiempo que tengo hago todo lo que puedo…», «No hay que llevar las cosas al límite, siento que me esfuerzo lo suficiente…», etc.

Si basas la forma en la que mides tu progreso en sensaciones o emociones, te dirás a ti mismo este tipo de mentiras continuamente, y difícilmente alcanzarás tus objetivos. De hecho, con casi total seguridad perderás cualquier tipo de motivación para conseguirlo, porque no ves un progreso real y medible.

Hacerse consciente y medir resultados de tus hábitos

La única manera de cambiar un hábito y alcanzar un objetivo es medirlo de manera objetiva y haciéndote consciente de dónde estás en cada momento del proceso. No hay otra manera de hacerlo.

Si dejas la medición de tu progreso a tus emociones y sensaciones, te mentirás a ti mismo todo el tiempo. Tu mente quiere que te sientas bien, por lo que tu diálogo interno buscará justificar lo que estás haciendo (o no estás haciendo) de todas las maneras posibles. Siempre encontrarás una excusa para auto engañarte. Es muy humano y natural. Es la función de nuestra mente.

Como en la historia anterior del carbono-14, hasta que no medimos las cosas de manera objetiva, no seremos realmente conscientes de la auténtica realidad. Usando el carbono-14 sabemos con gran exactitud la fecha de cualquier material antiguo. El poder medir de manera objetiva y cuantificable los objetos nos permite saber la verdadera época de los mismos.

La prueba del carbono-14 cambió la forma en la que paleontólogos y arqueólogos documentan sus descubrimientos con fechas certeras que nos permiten interpretar la historia de una manera más científica y exacta.

Ahora se puede saber la fecha exacta de cualquier objeto antiguo, sin estar basado en conjeturas o suposiciones de lo que puede ser o no puede ser verdad. La prueba del carbono-14 nos permite saber la verdad medible y científica de cualquier objeto antiguo.

Si quieres bajar de peso, deberás establecer nuevos hábitos de comida claramente definidos, establecer un sistema de control sobre esos cambios, y pesarte cada semana de manera rigurosa para ver el progreso. De esta manera serás consciente de donde estás realmente en cada momento sin engañarte a ti mismo en el proceso.

Si para alcanzar cualquier objetivo te basas en cómo te sientes al respecto, o cómo estimas tú que lo has hecho esa semana, será casi imposible que alcances ese objetivo. Ser consciente de la realidad y la verdad sobre lo que estás intentando conseguir, es la clave para poder avanzar.

¿Cómo ser más consciente de tus hábitos?

Existen numerosas herramientas para ser más conscientes de lo que estás haciendo para cambiar un hábito. Como ya sabes, para cambiar un hábito, primero debes sustituirlo por otro hábito.

Al principio este cambio lo realizas de manera consciente, hasta que se forma el nuevo hábito, que se habrá formado una vez empieza a ocurrir de manera subconsciente. Por eso, es imprescindible medir el progreso.

Estas son algunas herramientas que te pueden ayudar a medir tu progreso:

• Escribe un diario

Escribe cada día que cosas has hecho y como las has hecho en referencia a tu objetivo. Si estás cambiando tu hábito de comidas, escribe con detalles medibles lo que has hecho bien, y lo que no tan bien.

Escribe que te ha impedido alcanzar todos tus objetivos para hacerte más consciente de lo que te pasa, y como puedes modificar o mejorar algo si es necesario. Lo importante es que te hagas consciente de lo que está pasando cada día.

• Auto-evalúate cada mes

Algo que me ha servido a mi mucho es hacer evaluaciones mensuales y anuales de mis objetivos y propósitos. Muchas veces nos absorben las tareas diarias, y nos dejamos llevar por la inercia de las listas de cosas que hacer (familia, trabajo, etc.)

Escribe una evaluación mensual sobre cómo has mejorado un hábito que quieres cambiar. Te ayudará a no mentirte a ti mismo sobre cuál es la realidad de lo que estás haciendo, que sí puedes medir y cuantificar.

• Usa tu agenda

Si tu hábito se puede medir con tiempo, como por ejemplo dedicar una hora a leer cada día, bloquea una hora cada día en el horario para hacer esa tarea. Luego evalúa como evolucionas cada día con ese hábito.

• Herramientas de productividad y medición

La gran mayoría de nosotros no somos conscientes de cuánto tiempo dedicamos cada día a las diferentes tareas que realizamos. No somos conscientes de cuántas horas productivas realizamos cada día. Ni siquiera de cuántas horas dedicamos a redes sociales, o cuánto tiempo dedicamos a las cosas realmente importantes y las no tan importantes.

Herramientas como RescueTime o Evernote pueden ayudarte a gestionar mejor tu tiempo, y ser más consciente de lo que pasa de verdad cada día en tu vida.

Puede ser muy sorprendente ver el resultado que mides con estas aplicaciones, y cuanto difieren en realidad sobre como tú crees o sientes que usas tu tiempo.

¿Sigues midiendo el progreso cuando ya eres consciente?

Igual te estás preguntando: ¿Tengo que medir para siempre un hábito que quiero cambiar? Obviamente que no es necesario, y esto depende de cada persona por supuesto.

Una vez el nuevo hábito está integrado y ocurre de manera subconsciente, tú ya sabes si lo estás haciendo bien o no estás haciendo bien.

Si quieres cambiar tu hábito de comidas para bajar peso, una vez alcanzas ese peso, ya no será necesario pesar la comida o establecer una estricto menú diario que seguir.

Tu mente y tu cuerpo ya saben lo que hay que hacer, que debes comer y cuánto comer. Ya eres consciente de ese hábito en tu vida, está integrado en ti, y ocurrirá de una manera fácil y automática, sin necesidad de medirlo continuamente.