¿Se puede motivar a una persona desmotivada?
POR CHARLY BEAUTELL
Malala Yousafzai nació en 1997 en Swat, una ciudad ubicada en el norte de Pakistán. Desde muy pequeña fue educada por su padre, que era poeta, profesor y dueño de una red de establecimientos escolares.
De pequeña Malala quería ser médico, pero según crecía y pasaba tiempo con su padre, fue descubriendo una vocación especial para hablar en público. Su padre defendía firmemente la educación libre en Pakistán para todas las personas, tanto hombres como mujeres.
Malala se inspiraba con las palabras de su padre, y cada año que pasaba se sentía más identificada con la causa de defender la educación libre para las mujeres en Pakistán.
En el año 2008, con tan solo 11 años, comenzó a hablar sobre los derechos fundamentales de la educación para las mujeres criticando duramente el movimiento talibán del norte de Pakistán, que quería impedir que las mujeres pudieran estudiar.
Un año más tarde comenzó a trabajar como educadora en el Institute for War and Peace Reporting’s Open Minds Pakistan, donde ayudaba a los jóvenes a participar en debates constructivos sobre la política y los derechos sociales.
En el año 2012, Malala fue víctima de un atentado talibán mientras iba en un autobús escolar. Recibió 2 disparos por los que tuvo ser intervenida quirúrgicamente y que casi acaban con su vida.
En el año 2014, con 17 años, recibió el Premio Nobel De La Paz por su labor por el derecho de todos los niños a la educación, siendo la persona más joven de la historia en recibir este galardón.
A día de hoy, Malala es considerada una de las 100 mujeres más influyentes e inspiradoras del mundo.
¿Inspiración o motivación?
Hay una diferencia muy importante entre estar motivado y estar inspirado. Es cierto que ambos términos van de la mano, y si estás inspirado siempre estarás motivado, pero no al revés.
Existen dos tipos de motivación; La motivación intrínseca, que nace de la inspiración interior y personal, y la motivación externa, que es la que nace a través de estímulos externos.
Cuando una persona está inspirada no necesita ninguna motivación externa para levantarse cada mañana y realizar su contribución al mundo. La inspiración nace cuando te conectas con tus ideales y con una causa más grande que tú, con tu visión del mundo.
La inspiración está siempre presente en tu vida, es una llama o una chispa interna que jamás se apaga y que te mueve a seguir adelante y avanzar. A veces la llama está más fuerte y a veces más débil, pero solo necesitas conectar con ella para motivarte.
La inspiración tiene que ver con tu porqué, con quien eres, con la razón por la que te levantas cada mañana para crear un mundo mejor. Esto no se apaga jamás. La inspiración nace de dentro de ti y es una llama eterna.
La motivación externa es todo lo contrario, y se activa cuando sientes una amenaza o te ofrecen una recompensa por conseguir algo. Es una motivación temporal que se acaba en cuanto se alcanza el objetivo o se cumple el plazo.
Si tu jefe te amenaza con despedirte si no llegas a tus números del mes, tu motivación para alcanzar los números se dispara por el miedo al despido.
Lo mismo ocurre si te ofrecen un bonus por alcanzar los números del mes. El inconveniente es que una vez llega el final de mes, la motivación desaparece por completo y te tienen que ofrecer otra zanahoria que perseguir para mantenerte motivado.
La empresas que utilizan la motivación externa para motivar a sus empleados son empresas con una cultura empresarial muy pobre y disfuncional.
Básicamente están llenas de personas individualistas que compiten entre sí y que solo piensan en alcanzar sus objetivos individuales a toda costa, incluso pisoteando a los compañeros si es necesario.
Por supuesto te puedes olvidar de obtener un mínimo de lealtad por parte de tus empleados que te abandonarán en cuanto otra empresa les ofrezca unos cuantos euros más al mes.
Si eres dueño de una empresa o eres un líder con un equipo de personas a tu cargo, empieza a trabajar en inspirar a tus empleados si quieres que estén motivados cada día que llegan a trabajar, y así mantener una cultura empresarial sana y fuerte.
El ejemplo de inspiración de Malala
Volviendo a la historia del principio de este artículo. ¿Cómo crees que se siente Malala cada día cuando se levanta? ¿Crees que está inspirada o motivada?
Malala está inspirada y siempre estará motivada para levantarse cada mañana y salir al mundo a compartir el mensaje que le inspiró su padre. No necesita que alguien le ofrezca algo externo por ello.
Malala está inspirada por una causa que es mucho más grande que ella, la de defender la educación igual para todos.
Defender esta causa enciende esa chispa que lleva dentro y que jamás se va a apagar. Está completamente conectada con su llama interna.
¿Qué podemos aprender del ejemplo de Malala a nivel empresarial?
El trabajo de un líder es inspirar a las personas a su cargo, creando entornos donde las personas puedan expresar sus dones y habilidades sin miedo, y sientan que lo que hacen tiene un propósito mayor que ellos mismos.
Tu labor como líder es contratar a personas que compartan la visión y misión de tu empresa para crear equipos inspirados y motivados de manera intrínseca, sin necesidad de motivaciones externas y finitas en el tiempo.
Esas motivaciones están bien, pero son solo un complemento, no son la razón por la que tus empleados vienen a trabajar cada día contigo.
¿Qué hacer con un persona desmotivada?
Mi opinión personal es que no es posible motivar a alguien que está desmotivado. Una persona desmotivada no está conectada con su llama interna y su propósito de vida.
Puedes ofrecerle todos los estímulos externos que quieras, pero estarás dentro de una rueda sin fin ofreciendo estímulo tras estímulo, y nunca será suficiente. Además crearás equipos disfuncionales en tu empresa.
Cuando una persona está desmotivada, lo primero que hay que hacer es hablar con esa persona para saber que le pasa.
Pregúntale si ha pasado algo, como se siente, quizás siente que no pertenece a ese lugar, quizás no comparte la misma visión, no se siente identificado con la empresa, etc.
Pueden ser mil las razones por su desmotivación, y si no eres capaz de inspirarle, de hacerle sentir parte de un propósito mayor y de una visión común, no hay mucho que hacer.
Para que una persona se sienta parte de un propósito mayor debe además sentirse escuchada, cuidada, apreciada y comprendida. Esa es tu responsabilidad como líder.
Pero por mucho que hagas, si la persona desmotivada no conecta con la visión y el porqué de la empresa, difícilmente se sentirá inspirado, y por ende no estará motivado de manera intrínseca.
Es posible que te equivocaras al contratarle, y esa es tu responsabilidad, porque tú decidiste contratarle. Como buen líder tu labor es ayudarle a buscar otro lugar y otra empresa donde pueda sentirse identificado e inspirado cada día.
Sentir que eres parte de algo más grande que tú es el gran objetivo laboral para todos los seres humanos, y el tuyo es inspirar a tus empleados a conseguirlo si quieres ser un gran líder.
Si te ha gustado, compártelo con otros.