Aprender A Decir Que No Sin Sentirse Culpable

POR CHARLY BEAUTELL

Aprender cómo decir que no de una manera inteligente, amable y asertiva, es probablemente una de las habilidades más importantes que debes aprender si quieres ser más productivo en tu vida. Ser más productivo significa disponer de más tiempo para hacer las cosas que realmente te importan y te gustan. Tanto laborales como personales.

La mayoría de las personas nos sentimos culpables cuando decimos que no a alguien. Creemos que estamos siendo maleducados o que les estamos hiriendo de alguna manera, pero esto es una creencia errónea y destructiva que nos impide empoderarnos y crecer.

Steve Jobs, fundador de Apple dijo una vez: «Solamente diciendo que no podrás ser capaz de concentrarte en las cosas importantes». Y esto es más cierto que nunca en la era del exceso de información y de distracción que vivimos hoy en día. Aprender a decir que no es fundamental si quieres tener éxito en lo que haces.

Cuesta mucho decir que no

Lo cierto es que en general nos cuesta mucho decir que no, y muchas veces llegamos a decir las palabras «sí, claro, cuenta conmigo» mientras nuestra mente nos está diciendo que «debería decir que no». ¿Te ha pasado esto alguna vez? A mí una infinidad de veces. Reconozco que durante muchos años de mi vida me costó mucho decir que no.

Decimos que sí constantemente a cosas que sabemos que deberíamos rechazar. Y esto nos acaba pasando factura, porque una vez nos comprometemos, dejamos de disponer de ese tiempo para hacer otras cosas que son sin duda más productivas e interesantes para nosotros.

Estas situaciones nos pueden además crear sentimientos de frustración, ansiedad o culpa, ya que nos impiden disponer de nuestro tiempo como realmente queremos.

¿Por qué nos cuesta decir que no?

Existen dos razones principales por las que nos cuesta decir que no, y no debemos macharnos a nosotros mismos por ello. Es normal y muy humano no saber decir que no.

1. Nuestra biología nos impulsa a decir que sí

El ser humano es un ser social, y no puede sobrevivir solo. Nuestro cerebro y nuestro instinto buscan de manera inconsciente y automática ser aceptado por lo demás y pertenecer a un grupo o a una tribu.

Buscamos continuamente la aprobación y la valoración de los demás. Es nuestra naturaleza y un instinto básico de supervivencia, y es por esta razón por la que muchas veces nos vemos diciendo la palabra «si» de manera casi automática, cuando nuestro cerebro analítico nos dice que «debería decir que no».

Otro factor es que nadie quiere ser tachado de arrogante, egoísta o mal educado. Si decimos que no, sentimos que vamos en contra de las normas de educación básicas de ser amable y ayudar a los demás.

A veces la causa que nos «obliga» a decir que sí, es que pensamos que en el futuro quizás nosotros necesitemos la ayuda del otro, y cómo voy a decirle yo ahora que no. Hay que ser buena persona y ser generoso con los demás. Este suele ser nuestro diálogo interno en estas ocasiones.

2. Evitar Conflictos

La segunda razón por la que nos cuesta decir que no, es porque queremos evitar conflictos con otras personas a las que apreciamos y queremos. Lo cierto es que decirle que no a un compañero de trabajo al que ves cada día, a tu pareja, a tu hijo o a un amigo querido, puede causar un conflicto, un daño emocional o una discusión que en ese momento preferimos evitar.

El problema llega cuando debemos cumplir con nuestro compromiso al que hemos dicho que sí, lo que supone tener que decir que no a cosas que quizás más prioritarias en ese momento para ti.

Situaciones en las que tenemos que decir que o que no nos ocurren prácticamente a diario. Son situaciones inevitables. Por ello debes enfrentarte a ellas si quieres gestionar mejor tu tiempo y vivir la vida que realmente quieres.

Aprender a poner límites en tu vida no es una opción, es una obligación que tienes si de verdad quieres ser productivo y disponer de tu tiempo de la mejor manera posible. Si permitimos que los demás impongan su agenda y sus necesidades a las nuestras, viviremos una vida sin rumbo y sin dirección, al servicio de las necesidades de los demás.

Puedes estar pensando que todos los párrafos anteriores parecen escritos por una persona egoísta y poco considerada, pero es todo lo contrario. Respetar tu tiempo y dar prioridad a tu propósito en la vida es respetarte y amarte a ti mismo. La clave está en encontrar el balance idóneo entre saber cuándo decir que y cuando decir que no. En el equilibrio está la virtud.

Qué diferencia hay entre decir que sí y decir que no

Tony Blair, primer ministro de Reino Unido dijo una vez: «El arte del liderazgo es saber decir que no, no decir que sí. Decir que sí es muy fácil».

A priori, puede parecer que decir que o decir que no son simplemente dos cosas opuestas y que ambas tienen el mismo valor, pero en realidad no es así.

Las implicaciones que tiene decir que no son las mismas que decir que no. Cuando decimos que no, estamos guardando ese tiempo para poder decir que a otras cosas en el futuro.

En cambio, cuando decimos que , comprometemos ese tiempo en el futuro que no podemos dedicar a otras cosas que son quizás más importantes.

Desde una perspectiva económica, cuando dices que , te cuesta tiempo en el futuro. Cuando dice que no, ahorras tiempo en el futuro, que puedes usar para hacer otras cosas. Cuando dices que , adquieres una deuda que tendrás que pagar en algún momento del futuro.

Esta es la teoría básica detrás del concepto económico del Coste de Oportunidad. Cuando decidimos comprometernos a hacer una cosa, perdemos la oportunidad de dedicar ese mismo tiempo a hacer otras cosas, y ese tiempo jamás se puede recuperar. Es un coste.

Decir que no es una decisión. Decir que es una responsabilidad que adquieres.

El tiempo es tu bien más preciado

Si me preguntas a mí que es lo que más valoro en mi vida, es sin duda mi tiempo. El tiempo, una vez pasa, es irrecuperable, y cuanto mayor me voy haciendo, más aprendo a apreciarlo y a cuidarlo.

A que dedicas tu tiempo es una de las decisiones más importantes de tu vida. Tu tiempo es sólo tuyo, y tú decides a que quieres dedicarlo. Todos los compromisos que adquieres requieren de tu tiempo.

Con esto simplemente quiero que te hagas consciente de la importancia que tiene saber decir que no a cosas que no quieres hacer, puesto que van a quitarte una parte muy valiosa de tu tiempo que jamás podrás recuperar.

Proteger tu tiempo es una obligación que tienes, porque otras personas y la sociedad en general están siempre intentando «robártelo». Te invito a empoderarte y ser dueño de tu vida. Tu tiempo lo gestionas tú.

Cuando decir que no

Es posible que estés pensando que todas estas teorías te parecen muy bien, pero que hay muchas situaciones en las que es imposible decir que no aunque no quieras hacerlo.

Y es cierto que esto suele pasar cuando estás dentro de un sistema jerárquico, donde una persona que tiene más poder que tú, tu jefe por ejemplo, te pide que hagas algo que realmente no quieres hacer.

Pero si lo piensas bien, en realidad el lo diste en el momento que firmaste tu contrato de trabajo en el que por 8 horas al día vas a trabajar para una empresa y un jefe. En esos casos hay un jefe que decide que hace cada persona en esa empresa. En realidad, tu capacidad de elegir durante esas 8 horas está limitada.

¿Cuánto más poder y dinero tienes, más capacidad de decir que no tienes? Por supuesto que sí, cuanto menos dependas de otras personas jerárquicamente, menos cuentas debes de dar, y más libertad tendrás para elegir que haces con tu tiempo.

Eso no quiere decir que tú no puedas hacerlo también si no tienes esa posición. La clave es saber cuál es tu propósito y tu misión en la vida. Saber donde quieres llegar, saber cuál es tu porqué, saber si quieres depender de otros o ser dueño de tu vida y de tu tiempo.

¿Cómo saber cuando decir que no?

Después de años de experiencia y de cometer mil y un errores, la manera más simple y efectiva de saber cuándo decir que o cuando decir que no, es hacerte la siguiente pregunta:

¿Esto me acerca o me aleja de mi porqué y mi misión de vida?

Muchas veces no nos tomamos un momento para hacernos este tipo de preguntas cuando nos proponen algo, y cuando decimos que , es mucho más difícil echarse atrás y salirte de ese compromiso.

Por experiencia, es mejor siempre decir que no si tienes alguna duda. Cuando dices que no, te reservas la oportunidad de decir que en cualquier momento más adelante.

En el caso que la decisión tenga que ser en el momento, lo que mejor me funciona a mi es escuchar a mi intuición. Sólo digo que cuando la contestación que me sale de lo más profundo sin pensar es: «joder, claro que sí».

Si no me nace esa contestación de dentro de mis entrañas de manera automática, prefiero decir que no, o que tengo que pensarlo un poco más.

Como decir que no de forma asertiva y amable

La teoría está muy bien, pero ¿Cómo hacemos cuando llega ese momento en el que tenemos que decir que no a una persona que nos pide que hagamos algo que no queremos o no que no la podemos hacer? ¿Cómo nos aseguramos que lo hacemos de manera efectiva y correcta?

Esta situación puede ser resultar difícil de gestionar emocionalmente para muchas personas, dependiendo de la personalidad de cada uno.

Sin duda, cada persona que te pide algo es diferente, y tu relación con esa persona es diferente. No es lo mismo que te pida algo tu jefe o un compañero de trabajo, a que te lo pida tu pareja o tu hijo. El vínculo emocional por supuesto influye en tus decisiones.

Pero lo cierto es que muchas veces son las personas más cercanas las que más demandan de nosotros, y decir que no y poner límites a tus seres más queridos es una habilidad imprescindible para alcanzar el equilibrio en la gestión de tu tiempo.

Fórmula para decir no de manera asertiva y amable

La fórmula que yo uso para decir que no es muy sencilla, y se basa en 4 fundamentos:

  • Ser claro
  • Ser directo
  • Ser sincero
  • Ser amable

Una vez tienes claro que vas a decir que no, debes hacerlo de manera clara, asertiva y amable. Esta comunicación debe incluir un claro no, el porqué es un no, y agradecer la oferta.

Debes hacerlo de forma ser corta y concisa, sin irte por las ramas y sin dejar espacio para continuar una conversación posterior en la que te intenten convencer, ya que sólo lleva a perder tiempo y energía inútilmente.

Secuencia para decir que no a nivel profesional:

  1. No puedo / no me interesa
  2. La razón por la que no puedes o no te interesa (no se alinea con tus valores, no tengo tiempo, no te gusta, etc.)
  3. Agradecimiento por pensar en ti
  4. (opcional) Si crees que en el futuro puede interesarte deja la puerta abierta para más adelante, siendo tú el que contactas.

Un ejemplo:

«No me interesa participar en este proyecto que me ofreces, porque estoy trabajando en 2 proyectos muy importantes para mí, y se llevan todo mi tiempo en este momento. Sinceramente no puedo aceptar un proyecto adicional ahora, ya que no podré hacerlo bien, y eso va en contra de mis valores personales y empresariales de excelencia. Te agradezco mucho que hayas pensado en mi para este proyecto, y si necesitas ayuda en buscar a otra persona o empresa puedo recomendarte algunas.»

Si te interesa el proyecto pero no puedes ahora deja la puerta abierta para el futuro: «En un par de meses estaré más libre. Te contactaré entonces por si aun necesitas un socio para tu proyecto»

Cuando dices la frase así, no hay espacio para continuar o negociar. Por lo general la otra persona ve que no hay posibilidades, y si insiste, simplemente le repites la misma frase. No entres en una conversación para dar más explicaciones o más feedback. No aporta nada.

Si sigues estos pasos, te irá muy bien en tu vida profesional. Una persona que demuestra que está empoderada y tiene muy claro lo que quiere es mucho más respetada por sus colegas y jefes, incluso aunque les digas que no.

Secuencia para decir que no a nivel personal:

  1. No puedo ahora / o no me gusta hacer eso
  2. La razón por la que no puedes o no te gusta (no te gusta hacer eso, no tengo tiempo ahora, etc.)
  3. Valorar la propuesta y ofrecer una alternativa
  4. Muestra de afecto

Varios ejemplos:

  • «Hijo (nombre), en este momento no puedo jugar contigo porque estoy trabajando en un proyecto que es muy importante para mí, y estoy en mi tiempo de trabajo. Sé que jugar al baloncesto conmigo es importante para ti, y te prometo que a las 5 termino de trabajar y jugamos al baloncesto en el jardín todo lo que quieras. Te quiero mucho (beso, abrazo)»
  • «Amor (nombre de la pareja), no me gusta nada ir a los mercadillos los domingos. Sinceramente me aburro muchísimo y prefiero dedicar esa horas a otra cosa. Queda con tu amiga Sandra que tanto le gusta ir al mercadillo, y nosotros vamos mañana por la mañana juntos a caminar por el monte que es algo que nos encanta a los dos, y después comemos donde tanto nos gusta ¿Te parece? (beso) Te quiero»

Muy Importante: Si prometes algo tienes la obligación de cumplirlo. Asegúrate que vas a poder hacerlo a la hora o el día que has dicho. No puedes fallar, especialmente a los hijos. Pierdes tu credibilidad y tu relación comenzará a deteriorarse.

El Poder del no

Aprender a decir que no y a proteger tu tiempo es una de las habilidades más poderosas que puedes adquirir. No sólo te permite ser más productivo en todos los aspectos de tu vida, sino que además te permite optimizar la gestión de tu tiempo, que es tu valor más grande.

Recuerda siempre que es más fácil evitar compromisos que salirte de los compromisos. Como dijo Richie Norton: «Di que no a todo, y de esa manera podrás decir que sí a lo que de verdad importa»

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